Daniel Suskind
Para él, el empleo se redujo debido a tres factores: el impacto de la crisis sanitaria, la recesión y la automatización. Y en los próximos años se agudizará principalmente por la implementación acelerada de las tecnologías en las diversas profesiones ocasionando el reemplazo de millones de trabajadores por inteligencia artificial y robots.
Este escenario de cambios súbitos, podría ser similar a lo ocurrido en las primeras décadas del siglo XX, cuando los automóviles reemplazaron a los caballos en el transporte urbano. Pero a diferencia de aquella época, las personas hoy en día, tienen la oportunidad de reinventar sus tradicionales profesiones. Sin embargo, nuestro análisis no debería centrarse sólo en cuántos empleos se restarían a los trabajadores, sino en cómo la tecnología beneficiará en distintos ámbitos a los consumidores, pues la irrupción de productos y servicios, en muchos casos complementarán el trabajo de las personas. En palabras del economista: desde el punto de vista de los consumidores o usuarios vemos más oportunidades y posibilidades.
Para atenuar el impacto que esto último supone en el empleo, el Estado a través de políticas públicas deberá optar por una mejora sustantiva de la educación básica que se imparte en las escuelas para evitar el desánimo y la frustración de miles de jóvenes que egresan, buscando un empleo. A sabiendas que las nuevas profesiones de este siglo aún no aparecen, todo dependerá de la capacidad de las personas para adaptarse a este nuevo entorno, en el cual, nuestra habilidad para aprender, será sometida a prueba a lo largo de toda nuestra vida. Aquellos que no sean aprendices por excelencia quedarán relegados o fuera del juego.
Gestión del cambio es fundamental para adaptarse al futuro
Susskind sostiene que las personas tienen dos formas de afrontar este futuro incierto, la primera es, buscando elevar su grado de competitividad en el mundo laboral, adquiriendo las habilidades necesarias para poder competir con las máquinas o desarrollando las competencias para diseñar y operar complejos sistemas automatizados. Ésta última opción sería la mejor decisión que podrían tomar las personas para mantenerse en el mercado laboral del siglo XXI ya que va acompañada de mejores salarios y enormes desafíos.