
Seth Godin
Con el transcurrir del tiempo, el término se ha actualizado y se aplica hoy en día al mundo empresarial. El autor que utiliza el término, es un reconocido teórico del marketing actual, escritor y empresario: Seth Godin. El cual nos brinda un conjunto de ideas relacionadas al liderazgo, las cuales compartiremos y comentaremos a continuación.
En su libro Tribus, Seth Godin, nos da una definición de lo que vendría a ser una tribu en el ámbito actual: cualquier grupo grande o pequeño que está conectado entre sí a un líder y una idea. Haciéndonos recordar que siempre nos hemos unido a tribus sean de orden religiosas, étnicas, políticas e incluso musicales, porque el ser humano es gregario por naturaleza.
En el mundo actual, interactuamos con tribus, al establecer relaciones frecuentes en el aspecto familiar, laboral, amical, académico, entre otros. A donde vayamos encontraremos tribus formadas y en cada una de ellas habrá un líder o varios que están conectados con personas buscando ejecutar una idea. Y no se necesitan conocimientos excepcionales para liderar solamente tener intereses comunes y un medio para comunicarse. El poder que tiene una tribu radica en la posibilidad de comunicarse.
Pero, ¿Qué ocurre cuando confundimos liderar con administrar? Para entender estos conceptos es importante identificar que liderar es tener autoridad que no se refleja en ningún documento, sino que es una posición merecida, aceptada y reconocida por los demás, en cambio, administrar es manejar ciertos recursos para realizar determinada actividad.
Existen en la actualidad un sinnúmero de tribus, desde las más grandes a las más pequeñas, sin embargo uno de los errores en los que pueden caer muchas de éstas es en la complacencia, la falta de comunicación y el estilo vertical de dirección, originando a su vez dificultades entre sus miembros. Cuando en realidad estas situaciones se superan, una tribu más bien es un movimiento que utilizando hoy en día las herramientas tecnológicas superan las barreras geográficas. Las tribus tienen el poder de cambiar las cosas. Buscan crear, mejorar o transformar el mundo.

¿Qué ocurre cuando confundimos liderar con administrar?
Sin embargo, muchos de nosotros estamos acostumbrados a no marcar una diferencia con respecto a los demás, siendo participes del status quo que nos impide crecer y avanzar. La gran mayoría de las industrias y organizaciones a nivel mundial solo velan por la eficiencia y cumplimiento de objetivos, imposibilitando que las personas puedan volverse líderes y den lugar a cambios que impacten positivamente en el trabajo diario.
Existe en la realidad una escasez de liderazgo y esto se convierte en un problema para nuestra sociedad. Uno de los factores relacionados a la escasez se da porque muchos de nosotros no hemos desarrollado una visión que podamos compartir, tampoco evaluamos el camino por el que vamos transitando. Las consecuencias que podemos provocar cuando no elegimos el camino adecuado nos puede convertir en seguidores ciegos, haciendo que las decisiones que queramos tomar se realicen a partir de una orden o solo cuando nos inviten a realizar alguna acción.
Tengamos presente que, el camino que nunca funcionará para un líder es: No hacer nada, conducta inadecuada para alguien que desea generar un cambio. Busquemos siempre la felicidad de lo que más nos apasiona y la recompensa será mayor porque estará motivado en compromiso, perseverancia y fuerza de voluntad.
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No cabe duda, que para llevar a cabo nuestras metas, se necesita creer en nosotros y tener fe para cumplir nuestros objetivos. El mundo contemporáneo y el futuro necesitan líderes que no tengan miedo al cambio, ni temor a las críticas, pero sí, agallas para enfrentar los desafíos y sobre todo a estar dispuestos a equivocarnos, puesto que así aprenderemos y nos atreveremos a liderar.
Todo está en nosotros mismos, cuan mayor sea la dificultad para lograr nuestras metas y superar nuestros desafíos, más interesante y placentera serán la satisfacción de saber que las veces que hiciste algo-que aunque pueda resultar fallida- lo hiciste porque estabas comprometido con algún cambio y no fuiste un mero espectador.
Millones de personas nos esperan, no necesitamos permiso para liderar. Sólo precisemos nuestros sueños, dándole visión para crear movimientos y que estos realmente valgan la pena. Atrevámonos y lancémonos hasta que se cumpla. Démosle forma a nuestra visión, creemos movimientos, hagamos lo que realmente valga la pena. Atrévete y lánzalo. Pensemos que el resto nos necesita, generemos nuevos agentes de cambio y solo tú puedes ser uno de ellos.